SANTO DOMINGO. De no haber dirigido el servicio de su empresa hacia el sector privado, el negocio de Ramón Campos Pina habría quebrado producto de las deudas que tiene el Gobierno con su compañía.Desde hace 35 años su empresa, Marel Dominicana, le suple prendas militares a las Fuerzas Armadas, pero con una deuda de RD$5 millones desde hace 18 meses, y sin que se vislumbre una fecha de pago, decidió dejar de despacharles mercancía.
El empresario, que también es presidente de la Asociación Dominicana de Suplidores del Estado, asegura que son más de RD$100 millones los que el Gobierno debe desde hace 24 meses a los integrantes del gremio, conformado por unas 80 pequeñas y medianas empresas.
Por lo menos, unos 20 de esos negocios quedaron sin capital producto de las constantes deudas, y los que no quebraron decidieron dedicarse a otra actividad, según afirma.
Temiendo que ocurra lo mismo en su empresa o en las otras del gremio que todavía siguen en pie, Campos Pina casi implora para que el Gobierno se acuerde de ellos y les pague lo adeudado.
"Lo que queremos es que nos paguen para seguir despachando, porque nuestro negocio es vender", dice.
En el sector construcción los atrasos en pagos de parte del Gobierno obligó a algunos contratistas a hipotecar sus casas y vehículos para atender a sus compromisos, según denuncia el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia). LEER COMPLETA
